Después de que internet se llenase de fotografías tuneadas al estilo Ghibli la semana pasada gracias a la generación de imágenes de GPT-4o y que la anterior nos bombardearan con muñecos de acción personalizados a partir de una foto, estos días OpenAI ha lanzado al mundo o3 y o4-mini y aunque prometen un sinfín de mejoras y novedades, ha habido una consencia mucho más mundana y peligrosa: la gente está usando ChatGPT para averiguar dónde se ha tomado una foto.
Porque ChatGPT ya no solo genera imágenes con precisión y buenos resultados o describe imágenes de forma exhaustiva, sino que gracias a o3 y o4-mini es capaz de razonar a partir de fotografías y lo hace con un acierto tan sorprendente que asusta. Y a los hechos me remito: ha sido capaz de averiguar dónde vivo con una foto bastante random de la calle.
No hay GeoGuessr que se le resista a O3 de ChatGPT
Sí, antes ya describía a fondo tanto y de sus datos podía obtener información clave para localizar, pero ahora recorta, rota, hace zoom en las imágenes (incluso aunque estén borrosas y con mucho ruido) para un análisis que deja con la boca abierta. Si juntamos por un lado esa capacidad de análisis visual y por otro la habilidad de los modelos para buscar en internet, tenemos un monstruo para localizar geográficamente una foto. Con lo último de OpenAI, ChatGPT se pasa GeoGuessr de calle.
Así, o3 resulta especialmente eficaz deduciendo calles, monumentos y hasta restaurantes a partir de fotos valiéndose de sutiles pistas, como está descubriendo gente en X/Twitter:
Ojo porque en muchos casos los modelos no se basan en recuerdos de conversaciones pasadas en ChatGPT ni de los datos EXIF (los metadatos incrustados en las fotografías que revelan datos como la ubicación). La clave es que descubre e interpreta con acierto pistas sutiles. Y qué mejor muestra que la foto que aparece a continuación:
Pero es que está fino de verdad: basta una foto de un par de libros de una biblioteca para que adivine dónde estás o hasta una foto rápida a la carta de un restaurante. Es cierto que los modelos previos también podían extraer bastante información, a veces suficiente para acertar, pero la diferencia es notable: ChatGPT ha dado un salto de gigante.
Eso sí, no siempre es infalible: de vez en cuando puede perderse en el razonamiento y/o da respuestas no demasiado fiable, pero he probado con varias imágenes random de Google Street View y acierta de pleno. Más allá de la sorpresa, llega la cara B: el serio problema para la privacidad que representa.
Porque si ya antes una persona ávida de conocer era capaz de extraer muchos datos, como por ejemplo dónde vive una celebridad simplemente atendiendo al contenido que sube simplemente caminando por la calle, con ChatGPT tendrán la herramienta de stalkeo definitiva. Basta con capturar un pantallazo de una historia de Instagram, pasarla por ChatGPT y listo.
Y lo peor es que no hay solución: esta búsqueda inversa de ubicación de ChatGPT está al alcance de cualquiera que pague por ChatGPT Plus y OpenAI no aborda estos problemas en su informe de seguridad de o3 y o4-mini.
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Portada | Enrique Pérez
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