Si quieres usar lo último en IA, tener una VPN se ha vuelto obligatorio. Y nada apunta a que cambie pronto

La carrera de la inteligencia artificial en innovación no se detiene, pero va dos velocidades: para la UE y para el resto. Menos mal que hay formas de esquivar ese muro

Pexels Kevin Paster 929016 1923286
1 comentario Facebook Twitter Flipboard E-mail
eva-rodriguez

Eva R. de Luis

Editor Senior
eva-rodriguez

Eva R. de Luis

Editor Senior

Hace años que probé las bondades de las VPN, motivo por el cual tras experimentar con una versión gratis, di el salto a una VPN de pago que configuré para mis ordenadores, mis móviles y hasta mi televisor. En pocas palabras: es lo mejor que he hecho nunca y se lo recomiendo a todo el mundo.

Las redes privadas virtuales son una herramienta esencial para quienes nos conectamos a internet y nos gusta cacharrear y lo son simple y llanamente por una cuestión de privacidad. Que el tráfico de mis dispositivos vaya a mi IPS y de allí al servidor VPN, saliendo después al destino es una buena idea en cuestiones como la privacidad, pero hay algo donde mi VPN me está viniendo de perlas: inteligencia artificial.

Una VPN es la solución a un mundo con la IA a dos velocidades

Llevar a cabo una navegación privada evita grandes disgustos en un mundo cada vez más conectado a un internet y servicios repletos de vulnerabilidades, bugs e intentos de estafa. Si además acostumbras como yo a trabajar en cualquier parte, conectándote a Wi-Fis ajenas, con más razón todavía.

Por mi trabajo también hay dos razones que me impulsan a usar una VPN: probar software que no está disponible en España todavía y esquivar bloqueos geográficos cuando me toca viajar. Pero es que los bloqueos geográficos también aplican a la UE y si hablamos de novedades, la inteligencia artificial es la más prolífica en el sector tecnológico.

En el viejo continente contamos con una de las legislaciones más avanzadas y cuidadosas para la ciudadanía en términos de privacidad y control, con la RGPD a la cabeza. Del mismo modo, Europa también es pionera en normativa frente a la IA y sus potenciales riesgos fruto de su implementación masiva. ¿El problema? Que la inteligencia artificial es un elefante en una cacharrería que avanza a pasos agigantados y lo hace a costa de devorar datos de origen cuestionable en términos de legalidad o de atropellar permisos de sus usuarios y usuarias.

Las empresas de inteligencia artificial han encontrado en la UE a un hueso duro de roer y su solución temporal para evitar litigios es lanzar productos dejando fuera de la ecuación a Europa, que tiene que esperar más hasta cumplir con los requisitos. Hay ejemplos a raudales: Apple Intelligence se hizo esperar en el viejo continente, Meta AI también se demoró antes de aterrizar en la UE (y lo ha hecho de forma polémica) y es frecuente que la app más descargada que existe, ChatGPT de OpenAI, deje a Europa a la espera de sus últimas novedades.

Aunque las grandes tecnológicas se han subido al carro de la administración Trump mostrándose más reacias a aplicar cambios para respetar la legislación europea en aras de innovar, la UE sigue firme en un escenario global donde las posturas no parecen acercarse. Eso sí, la Unión Europea se ha puesto a hacer los deberes para no ser solo legisladora, sino también un actor principal en esta carrera de innovación.

¿La solución? Si como yo te gusta probar lo nuevo de la inteligencia artificial, a día de hoy lo mejor que puedes hacer es usar la IA con VPN y una cuenta de fuera. Acostumbro a usar ChatGPT con VPN porque sencillamente está a otro nivel. 

En Genbeta | He comparado una de las mejores VPN con una gratis: esta es la increíble diferencia en velocidad que me dan

En Genbeta | Durante años he pasado de las VPNs: este experto en ciberseguridad me ha convencido para usarlas en 2025

Portada | Foto de Kevin Paster y Wikimedia

Inicio