La creciente preocupación por el uso excesivo de dispositivos digitales en el entorno escolar está impulsando cambios significativos en la regulación de las tecnologías en las aulas. Distintas comunidades autónomas quieren dar el paso para introducir medidas que limitan el uso individual de portátiles y tablets, volviendo a priorizar la lectura, la escritura a mano y el trabajo en papel.
Tanto el decreto que elabora Madrid como el proyecto de ley "antipantallas" aprobado por el Gobierno, que se enviará al Congreso, marcan una transformación significativa en la política educativa. El ministro de Presidencia y Justicia, Félix Bolaños, señala su intención de dar "solución al problema de acceso indiscriminado de menores a los entornos digitales sin ningún tipo de control".
Vuelta al enfoque tradicional, con las herramientas digitales como complemento
Durante años nos hemos fijado en el sistema educativo de los países nórdicos, donde el uso de la tecnología es más intensivo y hay una estructura eficiente en torno a las herramientas digitales. Sin embargo, son varios los países que se están replanteando echar el freno. Suecia, por ejemplo, impulsó activamente el uso de estas herramientas durante más de 15 años, y su Gobierno quiere echar marcha atrás ampliando la inversión en libros de texto.
En España, hasta siete Comunidades Autónomas ya se preparan para una vuelta a los métodos tradicionales. En este sentido, el presidente de Murcia, Fernando López Miras, anunció la extensión de las restricciones que inicialmente se aplicaron solo a niños menores de 10 años, proponiendo ahora limitaciones que abarcarán hasta los 18 años.
En dicha Comunidad Autónoma, se recomienda evitar metodologías como la gamificación y se establece un uso máximo diario: una hora en Primaria y dos horas en Secundaria. Sin embargo, estas medidas no son de carácter obligatorio; cada centro educativo tendrá la libertad de adaptar estas directrices en función de su proyecto digital, siempre con la posibilidad de justificar cualquier ampliación de tiempo ante los padres.
En Asturias, la consejera de Educación, Lydia Espina, resaltó la importancia de que los recursos digitales sean considerados complementarios a las técnicas tradicionales de enseñanza. En su comunicado, equipara el uso de las tablets y ordenadores a un uso ocasional de herramientas como la escuadra o el cartabón en las clases de Matemáticas, subrayando la necesidad de que los alumnos adquieran competencias digitales sin dejar de lado la lectura y la escritura en papel.
Por otro lado, en Baleares se están revisando los currículos escolares, donde la propuesta inicial de limitar el uso individual de dispositivos en Infantil se amplió en un segundo borrador para incluir también los primeros cursos de Primaria. De este modo, se busca restringir el uso personal de pantallas, permitiéndolo solo en casos puntuales con un máximo de una hora semanal para los niveles iniciales y aumentando progresivamente en cursos superiores, "siempre que sea compatible con los objetivos pedagógicos y el bienestar del alumnado", según la Consejería de Educación.
La Generalitat de Cataluña, en colaboración con entidades sociales, expertos y profesionales, también trabaja en su 'Plan de Digitalización Responsable'. El objetivo es evaluar tanto los efectos de la tecnología en el rendimiento académico como las soluciones más efectivas para su uso en las aulas.
En Galicia, se avanza en la elaboración de una 'Ley de Educación Digital' que se espera marque un precedente a nivel nacional y europeo. Paralelamente, la Xunta se encuentra en proceso de revisión del programa de libro electrónico, adaptándolo para que encaje en las "nuevas relaciones y a la lógica evolución social y pedagógica", según la Conselleria de Educación.
En la Comunidad Valenciana ya se implementaron resoluciones para regular el uso de dispositivos en los colegios y desde la Conselleria también afirman estar estudiando medidas adicionales para los centros que incorporan libros y materiales digitales, con el fin de evaluar las implicaciones de llevar estos dispositivos al hogar para la realización de tareas.
Tal y como apuntan fuentes cercanas al medio El Mundo, los cambios parecen estar motivados por los resultados de la evaluación realizada entre 2023 y 2024 a los alumnos de Primaria, ESO y Bachillerato, donde las cifras indicaban una elevada proporción de alumnos que usaban el móvil durante más de tres horas al día.
Imagen de portada | Thomas Park
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