Era mago, pero también se le considera el primer hacker de la historia: burló la seguridad de este invento mucho antes de Internet

En 1903, Nevil Maskelyne troleó a Marconi y a toda la Royal Institution con su intromisión en remoto

telegrafo
Sin comentarios Facebook Twitter Flipboard E-mail
antonio-vallejo

Antonio Vallejo

Editor

En una tarde de junio de 1903, el público reunido en la prestigiosa Royal Institution de Londres esperaba con expectación la demostración de una tecnología revolucionaria. John Ambrose Fleming estaba a punto de recibir un mensaje inalámbrico por telégrafo enviado por Guglielmo Marconi desde Cornualles, mostrando así la eficacia de su invento que prometía transmisiones seguras y privadas. Sin embargo, algo inesperado sucedió.

Minutos antes de la demostración oficial, un extraño sonido comenzó a salir del proyector de latón del auditorio. Para el oído inexperto podría parecer un simple fallo técnico, pero Arthur Blok, asistente de Fleming, reconoció inmediatamente el característico repiqueteo del código Morse siendo transmitido por una mano humana.

¡Una interferencia en las comunicaciones!

Alguien estaba emitiendo potentes pulsos inalámbricos hacia el teatro, lo suficientemente fuertes como para interferir con la lámpara de arco eléctrico del proyector. Al decodificar mentalmente el mensaje, Blok descubrió que repetía una y otra vez una palabra burlona: "Ratas". La intrusión continuó con versos satíricos dirigidos a Marconi: "Había un joven de Italia, que embaucó al público de forma ingeniosa", seguidos por insultos adicionales extraídos hábilmente de obras de Shakespeare, tal y como compartió NewScientist en 2011

nevil Nevil Maskelyne, mago e inventor. Imagen: NewScientist

Este sabotaje cesó justo antes de que llegaran las señales legítimas desde Poldhu, pero el daño ya estaba hecho. Si alguien podía entrometerse en la frecuencia inalámbrica con tal facilidad, quedaba claro que la tecnología no era ni remotamente tan segura como Marconi afirmaba. Y lo que era más preocupante: si alguien podía interferir, también podría escuchar mensajes supuestamente privados.

Mientras Marconi optó por el silencio público ante las burlas, Fleming reaccionó enviando una furiosa carta a The Times de Londres, donde calificó el incidente como "vandalismo científico" y "un ultraje contra las tradiciones de la Royal Institution", pidiendo ayuda para identificar al culpable.

La respuesta no tardó en llegar. Cuatro días después, una carta confesando la autoría del sabotaje apareció en el mismo periódico. Su autor justificaba sus acciones señalando las vulnerabilidades de seguridad reveladas, argumentando que actuaba por el bien público.

El responsable era Nevil Maskelyne, un mago británico de music hall de 39 años con un característico bigote. Proveniente de una familia de inventores —su padre había creado los cerrojos de pago para retretes públicos—, Maskelyne sentía especial fascinación por la tecnología inalámbrica, cuyos principios había aprendido de manera autodidacta.

Este polifacético personaje incorporaba el código Morse en sus trucos de "lectura mental" para comunicarse secretamente con un cómplice. También había desarrollado métodos para detonar pólvora a distancia mediante un transmisor de chispa. En 1900, logró enviar mensajes inalámbricos entre una estación terrestre y un globo situado a 16 kilómetros de distancia.

Sin embargo, sus ambiciones se vieron frustradas por las amplias patentes de Marconi, generando un profundo resentimiento hacia el inventor italiano. Este sentimiento, combinado con su escepticismo sobre las afirmaciones de seguridad de Marconi, le llevó a planear y ejecutar lo que hoy podríamos considerar el primer hackeo documentado de la historia.

Imagen de portada | Amsterdam City Archives

En Genbeta | Hackeó la Xbox antes que nadie y de paso logró algo más difícil: que Microsoft le dejara contar en un libro cómo hacerlo

Inicio