Bruselas se ha convertido hoy en el epicentro de un nuevo escándalo de corrupción en el que estarían implicados miembros del Parlamento Europeo y de la multinacional tecnológica china Huawei.
La policía belga ha realizado hace unas horas una serie de redadas en oficinas y domicilios relacionados con la empresa en una operación que recuerda al caso 'Qatargate' de 2022: los indicios sugieren que Huawei podría haber pagado sobornos a eurodiputados para influir en la toma de decisiones de la UE.
La investigación en curso
La denominada 'Operación Generation' (que investiga la comisión de presuntos delitos de soborno, falsificación de documentos, lavado de dinero y organización criminal) ha llevado a la policía belga a registrar 21 propiedades en Portugal y en las regiones belgas de Bruselas, Flandes y Valonia. Además, se han sellado dos oficinas en el Parlamento Europeo relacionadas con asistentes parlamentarios sospechosos de estar involucrados en la trama.
Según fuentes cercanas a la investigación, alrededor de 15 antiguos y actuales eurodiputados estarían siendo el centro de las investigaciones. En caso de que termine siendo necesario proceder contra eurodiputados en activo, sería necesario solicitar el levantamiento de su inmunidad parlamentaria (aunque hasta el momento no se ha presentado tal solicitud por parte de la justicia belga).
Las pesquisas sugieren que Huawei habría utilizado a sus lobbistas para influir en la legislación europea mediante sobornos que incluían entradas a eventos deportivos exclusivos, viajes de lujo a China y dinero en efectivo. Según los investigadores, parte de estos pagos podría haber sido canalizada a través de una empresa portuguesa.
Vínculos con Huawei (y de Huawei con China)
Uno de los principales sospechosos es Valerio Ottati, un lobbista italo-belga que se unió a Huawei en 2019 en un momento en el que la empresa intensificaba su labor de influencia política en Europa como respuesta a la presión de Estados Unidos para vetar sus equipos 5G.
Ottati, quien anteriormente había trabajado como asistente de dos eurodiputados italianos (uno del grupo socialista europeo, y otro del popular) en comités relacionados con las políticas hacia China, podría haber jugado un papel clave en la estrategia de influencia de la empresa.
Huawei ha sido objeto de investigaciones por parte de los servicios de inteligencia belgas, que han alertado sobre la posibilidad de que la empresa actúe como un intermediario del gobierno chino en Europa.
Según documentos filtrados y declaraciones de ex empleados de Huawei, la empresa habría reforzado su alineación con los intereses de Pekín en los últimos años, especialmente después del arresto en 2018 de Meng Wanzhou, directora financiera de Huawei e hija del fundador de la compañía.
En respuesta a las acusaciones, un portavoz de Huawei declaró que la empresa "está analizando la situación" y reiteró su compromiso con el cumplimiento de las leyes y regulaciones en todas las regiones en las que opera.
Repercusiones (geo)políticas
La noticia ha generado indignación en el Parlamento Europeo. Manon Aubry, copresidenta del grupo de izquierda en el Parlamento, señaló que "las acusaciones son extremadamente graves y ponen en evidencia los fallos de las instituciones europeas para garantizar la integridad de sus representantes".
Por su parte, Bart Groothuis, miembro del Parlamento por el grupo liberal, exigió una respuesta contundente por parte de la presidenta del Parlamento Europeo, Roberta Metsola, afirmando que "la credibilidad de nuestra institución está en juego".
A nivel geopolítico, la investigación podría tener un impacto significativo en las relaciones entre la UE y China. La Comisión Europea ya había advertido sobre los riesgos de seguridad asociados con Huawei y su presunta conexión con el gobierno chino: Thomas Regnier, portavoz de la Comisión, destacó que "Huawei representa un riesgo mayor en comparación con otros proveedores de 5G" y urgía a los estados miembros a restringir su acceso a las redes de telecomunicaciones europeas.
Similitudes con el escándalo Qatargate
El 'caso Generation' guarda semejanzas con el 'Qatargate', el escándalo de corrupción que estalló en 2022 y que involucró a MEPs que supuestamente aceptaron sobornos de Qatar y Marruecos para promover los intereses de estos países en Bruselas.
En aquella ocasión, se encontraron bolsas de dinero en las casas de algunos legisladores, y la eurodiputada griega Eva Kaili fue una de las principales acusadas. La comparación con 'Qatargate' ha generado preocupación sobre la vulnerabilidad del Parlamento Europeo a la influencia extranjera.
El escándalo ha reavivado el debate sobre la necesidad de fortalecer las normas de ética y transparencia en la UE. Nicholas Aiossa, director de Transparencia Internacional, criticó la falta de medidas efectivas tras el 'Qatargate', subrayando que
"Mientras no existan reglas que impidan la recepción de regalos, viajes pagados y empleos paralelos lucrativos para los eurodiputados, siempre habrá riesgo de corrupción".
Imagen | Marcos Merino mediante IA
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